Derechos Humanos / Anuario 2016

16 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2016 Estas realidades del Triángulo Norte de Centroamérica están trayendo a México a miles de centroamericanos buscando un lugar donde poder reconstruir sus vidas. México, durante el conflicto armado interno que se vivió en Centroamérica en los años ochenta, fue un país de abrigo, un país de cobijo, un país de asilo y refugio para cientos de miles de centroamericanos, principalmente guatemal- tecos y también salvadoreños, sin embargo, en el contexto actual, México, y hay que decirlo con mucho dolor, se ha convertido en el territorio más peligroso para el tránsito de los centroamericanos. Muchos centroamericanos están viviendo violencia y exclusión social y se aventuran a migrar sin imaginarse la violencia que van a encontrar en México. La vulnerabilidad que les genera el hecho de no conocer este país, el no saber siquiera el lugar donde se encuentran parados, el no tener idea de que en esos territorios de México se está viviendo también una guerra criminal, los hace presa fácil. No es una cuestión de falta de solidaridad del pueblo mexicano, es una situación de violencia que afecta a los mexicanos y aún más a los migrantes que se exponen a ser agredidos, secuestrados y ultrajados, y son potenciales víctimas de trata sexual o trata laboral. La realidad más apremiante de atención es la del Triángulo Norte de Centroamérica y el Corredor Mesoamericano, los cuales se consideran los sitios más peligrosos del mundo y en donde la población que se desplaza, migra o busca refugio, está siendo víctima de gravísimas violaciones de derechos humanos. Martín Juárez: En México hay varios esfuerzos para impulsar una cultura de paz y la reconstrucción del tejido social, aunque todavía estamos en el contexto de guerra. ¿Qué esfuerzos existen para generar cultura de paz en Guatemala y quiénes los promueven? Mayra Alarcón: Desde antes del conflicto armado interno de los años ochenta, con la firma de la paz y estos veinte años de posconflicto hay una vocación de paz de los pueblos en Centroamérica, una intención de construir la paz, construir una sociedad incluyente que respete los derechos humanos. Los actores son los mismos pueblos indígenas, sus movimientos sociales, las mismas organizaciones de la sociedad civil. Nuestros pueblos son amantes de la paz, no quieren guerra. Sin embargo, hay intereses extranjeros y locales de élites económicas que mantienen el control del poder político y que buscan, no sólo preservar sus privilegios, sino además establecer alianzas entre las grandes empresas locales y las empresas trasnacionales. Entre ellas generan, crean y promueven una situación de violencia y conflictividad, e incluso de guerra, en comunidades donde el interés que tienen es el subsuelo, los recursos naturales. A estas empresas aliadas no les importa si esta población reivindica derechos ancestrales, no les importa si es la población dueña de estos territorios, hay que desplazarlos para generar e instaurar esos proyectos. Hay intereses extranjeros y locales de élites económicas que mantienen el control del poder político y que buscan, no sólo preservar sus privilegios, sino además establecer alianzas entre las grandes empresas locales y las empresas trasnacionales.

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