Derechos Humanos / Anuario 2016

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2016 111 cruel y despiadada se vuelve material televisivo para telenovelas y series y su circulación en amplios públicos tiene una influencia muy grande en el imaginario colectivo. Es entonces cuando vemos cómo, entre amplios grupos de la población, está tan normalizada y naturalizada la violencia. En Colombia la territorialización del cuerpo, como botín de guerra, hace evidente que el cuerpo de las mujeres se ve obligado a responder a deseos de quienes lo poseen. En México la cuestión del narcotráfico no es tan diferente, es muy común escuchar a estudiantes universitarias decir que no van a tal o cual antro 6 porque allí van narcos y si se fijan en ellas no podrán negarse a ser sus parejas. Una vez elegidas por ellos, les pertenecen de por vida. Sin embargo, no es el único problema que enfrentan hoy las mujeres en México. El feminicidio es un fenómeno cultural que no sólo este año ha estado en los encabezados de los medios de comunicación. Es historia desde los primeros asesinatos de mujeres con un patrón de mucha saña en Ciudad Juárez, Chihuahua, desde 1993. Es en ese año cuando comienza a documentarse este fenómeno que se volvió recurrente en esa ciudad de la frontera norte de México, la cual, desde los años noventa se convirtió en laboratorio del neolibe- ralismo cuando comienzan a extenderse las industrias maquiladoras de grandes firmas internacionales. Desafortunadamente, a lo largo y ancho de nuestro país, los asesinatos contra mujeres se han vuelto reiterativos, al grado de que informes de organizaciones, tanto a nivel nacional como internacional (OCNF, 2013, 2014; JASS, 2014, Amnistía Internacional, 2013; Informe de Mujeres Nobels, 2014), dan cuenta de que cada día acontecen siete feminicidios. Si bien muchos de éstos apuntan a que el asesinato se llevó a cabo a manos del compañero sentimental (novio, esposo, amante, concubino) o ex pareja, hay un porcentaje importante de feminicidios que el cuerpo de la mujer sin vida queda en calidad de desconocido y si no hay presión de la familia, de la comunidad o social, las autoridades no investigan, queda en el olvido, nunca se aclara, ni se castiga a los culpables. En este rubro podrían quedar todos los casos de mujeres que viven, de alguna manera, en la clandestinidad del narcotráfico, o las que fueron captadas por las redes de trata y tráfico de personas, las mujeres centroamericanas indocumentadas que son levantadas o atrapadas por estos grupos delincuenciales, las trabajadoras sexuales que trabajan lejos de sus familias y lugares de origen, etcétera. Otra práctica de violencia muy reiterativa es el acoso o violencia en las calles. En las redes sociales se denuncia y visibiliza el acoso callejero como una práctica cultural de una sociedad machista y homófoba. El feminicidio y el acoso son fenómenos culturales debido a los significados y contenidos impresos en el cuerpo de las mujeres, 6 En México se llama antro a un lugar de diversión para bailar, beber y ligar (flirtear y conseguir pareja). En México la cuestión del narcotráfico no es tan diferente, es muy común escuchar a estudiantes universitarias decir que no van a tal o cual antro porque allí van narcos y si se fijan en ellas no podrán negarse a ser sus parejas.

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