Rúbricas 14

24 25 Rúbricas XIV Servicio Social Rúbricas XIV Aprendizaje Situado y Praxis Universitaria - Acompañamiento no es seguimiento Vázquez (2006) presenta el acompañamiento como una actividad distinta al seguimiento: “El primero sugiere una actitud recíproca, una experien- cia de intercambio y mutuo crecimiento; el segundo, supone una posición del adulto de estar adelante y la actitud es siempre directiva”. En efecto, refiere que el objetivo del acompañamiento es permitir y promover en el estudiante su auto-revelación: “mostrarse tal cual es, darse a conocer desde su interioridad”. Mantener un rol de acompañante significa, por lo tanto, confiar en la capacidad del sujeto para obtener los frutos de la experiencia y responsabilizarse por las actividades a desarrollar. El acompañante debe propiciar espacios de comunicación con las personas que acompaña para sa- ber cómo están siendo afectadas por la experiencia. Algunos de los recursos que suele utilizar un acompañante son la escucha, el diálogo, las preguntas detonadoras, la modelación o la analogía. Cada situación y relación lleva al acompañante a ajustar su estrategia, siempre teniendo como objetivo el cuidado de las personas y recordando mantener una distancia prudente en la que todos podamos crecer en autonomía. - Un modo de relacionarse en la experiencia de Servicio Social Desde el Área de Servicio Social se hace un esfuerzo por mantener una docencia socialmente pertinente que acompañe, apoye, estimule y evalúe al alumno para que desarrolle distintos aprendizajes (Soto, 2008). El do- cente frente al grupo facilita el Seminario de Servicio Social que agrupa a los estudiantes y da acompañamiento a los procesos formativos que tienen lugar en el ámbito cotidiano del SS. A la vez, el equipo de docentes de tiempo completo ofrece acompañamiento a los profesores y a los grupos. Con esto se busca generar diálogo y reflexión en un nivel colectivo con los grupos de alumnos y entre docentes. Cuando sea necesario, el profesor de tiempo completo o el coordinador del área también pueden fungir como mediadores mientras se resuelva una situación específica. Además, es po- sible considerar que el responsable del proyecto u otros miembros de la organización fungen como acompañantes de la experiencia de SS, a través de visitas, reuniones de vinculación y de academia, sesiones de evaluación o, simplemente, de la convivencia en el medio universitario y en el contex- to en el que se realiza dicho Servicio. El acompañamiento es un modo de cuidarse y relacionarse que contribuye a construir ambientes de aprendizaje sanos y colaborativos. - El aprendizaje y el Servicio Social En los orígenes del SS se intentaba ofrecer un servicio gratuito a poblacio- nes vulnerables, más que contribuir a la formación de los estudiantes. En efecto, la búsqueda de la pertinencia de la educación superior en la mitad del siglo XX se concentraba, fundamentalmente, en ampliar la cobertura para estimular la movilidad social. Aunque los retos de acceso a la edu- cación están todavía lejos de ser superados, nuevas corrientes acerca de la calidad de la educación nos permiten destacar la importancia estratégica que tiene el SS en la formación de los estudiantes de licenciatura. El Servicio Social Universitario es una oportunidad para “crear situa- ciones didácticas que permitan enfrentar directamente a los estudiantes con las tareas que se espera resuel- van” (Díaz Barriga, 2010: 16). Con ello, las universidades tienen la po- sibilidad de dar mayor sentido a la experiencia de sus estudiantes con ambientes de aprendizaje ricos en situaciones relevantes. En el artículo que dedicamos al Seminario de Servicio Social argumentamos por qué pensamos que el aprendizaje situado y el enfoque sociocons- tructivista de competencias son referentes pertinentes para hablar de enseñanza y aprendizaje en las experiencias de SS. - Algunas posibilidades de aprendizajes significativos en el Servicio Social El SS tiene un potencial evidente para el desarrollo y la evaluación de una amplia y diversa gama de competencias. En complemento y a manera de propuesta, exponemos a continuación algunos aprendiza- jes particularmente significativos y con una fuerte carga epistemológi- ca, que pueden estar en juego en el Servicio Social Universitario: - La resignificación de la profesión y del aprendizaje universitario En primer lugar, el afrontamiento por parte del estudiante de pro- blemas reales “en bruto”, en opo- sición a problemas mediados por la transposición didáctica, pone a prueba los recursos de su profesión y puede llevarlo a evaluar su perti- nencia (Soto, 2008: 78). En virtud de que “la manera en que los pro- fesionales perciben y emplean de- terminadas herramientas y recur- sos, cómo definen e intervienen en las situaciones problema” y “cómo organizan el conocimiento, de- pende no sólo de historias de vida personales, sino sobre todo de los saberes aprendidos en el seno de la comunidad de práctica profesional a la que pertenecen o aspiran pertenecer” (Díaz Barriga, 2010: 18), el SS, particularmente cuando se ejerce en contextos de marginación, puede retar a los universitarios, más que otros espacios curriculares, a enriquecer la visión universitaria de su profesión con las “creencias y enfoques hacia lo que implica aprender y enseñar, así como prácticas, herramientas y tecnologías, valores, lenguajes, expectativas y metas” (ídem) de las comu- nidades de práctica a las que están invitados a formar parte. - Construcción de relaciones de reconocimiento recíproco y diálogo de saberes Además de contribuir a las dimensiones típicas que constituyen el aprendi- zaje basado en las competencias aprender a ser, aprender a hacer y aprender a conocer , el SS tiene un potencial muy importante en otra dimensión, que la UNESCO nombró aprender a convivir o a vivir juntos (Delors, 1997; én- fasis propio). Zambrano, Sánchez y Villaseñor (2016: 59) ven en el SS “un proceso de relación intercultural sui generis” en el que los estudiantes y las poblaciones con las que se involucran tienen el desafío de superar la relación ilustrada , que se define como “una relación que es vertical y unidireccional que considera que el pueblo no puede nada por sí mismo” (Trigo, 2015 en Zambrano, Sánchez y Villaseñor, 2016: 59) y la oportunidad de participar en “un intercambio de saberes [...] y un proceso, modesto pero significati- vo, de dignificación recíproca” (2016: 93). - Sistematización y evaluación del Servicio Social La evaluación del servicio social debe ser entendida como un proceso ana- lítico, permanente, dinámico, abierto y contextualizado, cuya finalidad es optimizar el proceso y sus diferentes componentes, analizando tanto el di- seño de los proyectos y su ejecución como los efectos, las consecuencias y los impactos de la acción universitaria, de modo que se vaya adaptando a las nuevas condiciones y necesidades. Esto reclama flexibilidad metodoló- gica, el arreglo de los medios a los fines últimos. Soto (2008: 134) La evaluación moviliza procesos psicológicos, organizacionales y educativos complejos. Desde el Área de Servicio Social, estamos enfrentando el reto de escuchar todas las voces. Buscamos trabajar una evaluación que incluya a los principales actores del proceso, acercándonos a una evaluación de 360°: documentamos la apreciación del alumno, del profesor, de la organización, y de las relaciones que entre ellos se generan. Dicho trabajo no ha sido sencillo, pero se van dando los pasos para que se integre una evaluación más completa del proceso que nos permita conocer la experiencia y, tam- bién, tomar decisiones de vinculación, acompañar mejor a los estudiantes, formular mejores proyectos con las organizaciones, y generar actividades pertinentes en el aula. Se busca interpretar aquello que ocurre en los diferentes ambientes de la experiencia del SS: el Seminario de Servicio Social, y los contextos en los que el estudiante interactúa con actores sociales y miembros de la organi- zación o institución receptora del SS. No únicamente debe considerarse el aprendizaje del alumno, además, hay que evaluar el impacto del producto o proyecto generado y, por tanto, la repercusión que tiene en la organización. La sistematización es, en cierto sentido, la culminación del proceso de evaluación que llevamos a cabo de forma continua. Mediante el análisis y la interpretación de los diferentes elementos de la expe- riencia de SS se busca reconocer con claridad sus alcances; los apor- tes que dejó a las organizaciones, y los aprendizajes que los estudian- tes construyeron tanto profesional como personalmente. Para los estudiantes, algunos productos de sistematización son el reporte integrador o trabajo final del Seminario, un cartel académi- co, un producto audiovisual, los cuales son susceptibles de comuni- car la experiencia del Servicio So- cial a otros alumnos, al profesor de SS, a otros docentes, a miembros de las organizaciones en las que se realiza dicho Servicio, o a organis- mos certificadores. Para tomar de- cisiones acerca de la renovación de proyectos se realiza un proceso de sistematización de la información que logramos generar acerca del proyecto desde el punto de vista de los estudiantes, profesores frente a grupo, profesores acompañantes y de las propias organizaciones. - Retos del Servicio Social en la Ibero Puebla El modelo que presentamos de for- ma sintética en este artículo es fru- to de la trayectoria comprometida de la Ibero Puebla en la gestión del SS. Como cualquier programa educativo, está sujeto a constantes ajustes y evoluciones debido a los procesos de aprendizaje del Área, y la renovación de los planes de es- tudios. Por otra parte, está sujeto a las variables de los espacios y orga- nizaciones sociales con los que se vincula la Universidad. A pesar de esta constante renovación y mejo- ra continua del modo de gestionar las experiencias, es posible destacar algunos pilares de lo que hoy es el Servicio Social de la Ibero Puebla:

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