Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social

47 trabajadoras y comprender la importancia de los procesos organizativos. “El Sistema no está diseñado para que las trabajadoras del hogar castiguen a los [malos] emplea - dores”, dijo en una de las sesiones. Y prosiguió: “Algunas trabajadoras se quedan en el enojo y no dan el siguiente paso: ¿cómo podemos asegurarnos de que los [abusos] que nos han sucedido no le pasen a alguien más?”. “Organizándonos”, respondió. Cada sesión de las Groundbreakers iniciaba con la redacción de los “acuerdos com- partidos” que todas seguirían durante la reunión. Esta lista incluía: “escucha activa - mente y concéntrate, participa, si no estás segura pregunta levantando la mano, da un paso adelante y retrocede, muestra respeto a todas, preocúpate, agradece, no critiques o presiones”. Esto era una parte muy importante del entrenamiento, aun cuando no se mencionaba como tal, ya que todas las trabajadoras provenían de distintas culturas y sus niveles de inglés variaban, y podían tener diferentes perspectivas sobre cómo organizarse y lo que el trabajo del hogar significa. Por ello, el respeto y la solidaridad eran básicos y debían practicarse. Dicho de otra manera: estrechar lazos entre las tra - bajadoras era una de las formas más importantes para crear un movimiento. Apren - der estas cuestiones básicas y practicarlas con las trabajadoras fuera del proceso de entrenamiento era importante, especialmente con las trabajadoras que tenían miedo de levantar la voz y exigir sus derechos. La mejor forma de generar vínculos entre las trabajadoras era a través de compartir sus historias. Aprender a narrar es una parte fundamental del programa Groundbreaker . Al ter- minar el entrenamiento, las trabajadoras deben estar bien preparadas para “ir a las comunidades y platicar con las personas que no saben nada de la organización ni de lo que hacemos.” 44 Además, “les pedimos que se arriesguen y cuenten su historia a otras mujeres porque eso es el corazón de las groundbreakers , enfatizar que también son trabajadoras y que han estado en esas mismas situaciones, en esos mismos procesos. Que también han sido víctimas de violaciones laborales en el lugar de trabajo y saben lo que es la explotación”. 45 Los entrenamientos sobre “Derechos de las trabajadoras y su empoderamiento” son también una forma de crear y consolidar el movimiento de las trabajadoras del hogar en Nueva York. Es una forma de probar que las trabajadoras tienen derechos y deben hacerlos valer. Participé en un curso completo, que duró cuatro semanas y fue diseñado por la NDWA–NY y por el Instituto de Trabajo de la Universidad de Cornell. Representantes de trabajadoras del hogar de diferentes organizaciones asistieron a la capacitación, algunas no eran parte del NDWA, o bien no eran muy activas en ésta. Las facilitadoras de la NDWA–NY y Cornell diseñaron el programa para que las trabajadoras se involucraran unas con otras y aprendieran a facilitar los entrenamien - tos sobre “Derechos de las trabajadoras y su empoderamiento” en sus propias organi - 44 Entrevista con Marissa Senteno, ibid. 45 Ibidem. la alianza nacional de trabajadoras del hogar como modelo de organización

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