Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social
40 al país. 23 Además, muchos inmigrantes vienen de un contexto de empobrecimiento, para ellos un sueldo bajo en EU es cuantitativa y cualitativamente mucho más alto del que pudieran obtener en su país de origen. En consecuencia, es difícil movilizar a una fuerza de trabajo que no se considera a sí misma (muy) explotada. 24 Por otro lado, la xenofobia y el racismo existente en Estados Unidos también hace mella en los grandes sindicatos; lo cual también influye en su ambivalencia para organizar trabajadores inmigrantes. Más aún, muchos sindicatos ven a los trabajadores inmigrantes, especial - mente los indocumentados, como una competencia injusta para sus agremiados, ya que los empleadores los contratan con salarios más bajos y así obligan a los sindicatos a aceptar menor sueldo y beneficios para sus miembros. 25 Esto, sin embargo, no signi - fica que todos los grandes sindicatos dejen de lado la organización con los inmigran - tes. La campaña de Justicia para los Conserjes de California, dirigida por el Sindicato Internacional de los Empleados de Servicios (SEIU), se enfocó en los inmigrantes con bajo salario. El SEIU lanzó también exitosamente un mecanismo para organizar a las cuidadoras en EU. También lo ha hecho la Federación Americana de Empleados del Estado, Condado y Municipalidad (AFSCME). Cabe mencionar que muchas de estas cuidadoras son inmigrantes de color. 26 La docilidad política que los sindicatos en EU han mostrado en las últimas dé - cadas es, tal vez, la crítica más fuerte contra ellos. 27 Especialmente la pérdida de su 23 Rosenfeld, ibid, 132–158. El mismo autor discute sobre otros factores como el origen étnico, su calidad migratoria, el tamaño de la empresa, el tiempo que el inmigrante ha estado en EU y cómo, dependiendo de si éste trabaja en el sector privado o público, es incentivado en mayor o menor medida para formar parte de alguna organización laboral. Moody, ibid, 283–287, también concuerda con la importancia que tiene el proceso de asimilación para que un migrante milite en una organización o no. Ness, ibid, debate estas posturas. Para él los trabajadores “transnacio - nales” en la ciudad de NY desarrollaron una “distintiva consciencia de clase inmigrante” y son más propensos a organizarse en comparación con los trabajadores nacidos en EU. El aislamiento al que están sujetos los trabajadores migrantes, así como las jornadas laborales largas y tener li - mitadas redes sociales, desencadena una solidaridad inmigrante que se convierte en una fuerza movilizadora. 24 Gordon, ibid ; Fine, ibid. 25 Ness, ibid. Moody, ibid, 281–282, sostiene que en general esto no es cierto: “Salarios semanales de producción y trabajadores no supervisados empezó a descender en 1973, mucho antes de que aumentara el número de inmigrantes en los ochentas y noventas.” Además, agrega que muchos trabajadores inmigrantes llegaron a cubrir los trabajos que otros grupos habían abandonado, lo que limitó las posibilidades de competencia. Moody reconoce que la competencia entre trabajado - res nativos e inmigrantes sí se desarrolló y no está solamente relacionada con el trabajo. La compe - tencia por el espacio urbano también sucedió. Todo esto creó tensión y conflictos entre los recién llegados y los trabajadores nativos. Para un recuento general sobre la posición de laAFL–CIO acer - ca de los trabajadores inmigrantes, ver Briggs Jr. “Immigration Policy and American Unionism”. 26 Para ejemplos de los sindicatos de inmigrantes con sueldos bajos, ver Parte III de Milkman, Bloom and Navarro, ibid . Para el caso de los cuidadores organizados en EU, ver Boris, Eileen and Klein, Caring for America . 27 Aronowitz, ibid ; Fantasia, Cultures of Solidarity ; Moody, In Solidarity ; Ness, “Against Bureau - cratic Unions”. carlos piñeyro nelson
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