Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social

38 ser reconocido su derecho al salario mínimo. Sin embargo, las otras subdivisiones de trabajo del hogar, como niñeras, trabajadoras de limpieza y trabajadoras de planta continúan excluidas de esta legislación. A partir de 1930, las trabajadoras del hogar se han movilizado para conseguir ser reconocidas en la NLRA y la FLSA. 16 En 1970 disminuyó su movilización y or - ganización, ya que durante ese periodo gran número de mujeres afroamericanas empezaron a tener acceso a trabajos mejor pagados como enfermeras y oficinistas dejando atrás el trabajo doméstico. Esto implicó que las mujeres afroamericanas de - dicadas al trabajo del hogar declinaran abruptamente; en 1950 representaban 42%, para 1970 eran sólo 19.5% del total de las trabajadoras domésticas y, en 1980, el porcentaje cayó a 6%. 17 La necesidad de satisfacer la mano de obra requerida dentro del trabajo del ho - gar remunerado vino de afuera. Así, el flujo masivo de mujeres inmigrantes de color procedentes de América Latina, el Caribe y el sudeste Asiático inició. Este patrón con - tinúa hasta hoy: de acuerdo con una encuesta realizada a trabajadoras del hogar en 14 áreas metropolitanas de EU, 78% de éstas había nacido en el extranjero y 60% eran lati - noamericanas. 18 La tabla 1 muestra la demografía actual de las trabajadoras del hogar en EU. Con este cambio étnico y migratorio muchas organizaciones de trabajadoras del hogar desaparecieron o necesitaron tiempo para adaptarse a las nuevas caracterís - ticas demográficas de la fuerza laboral, específicamente al estatus de indocumentadas de muchas de ellas, el bajo o nulo dominio del inglés, y sus diferentes costumbres culturales. Estos cambios fueron problemáticos al momento de organizarse. A esto 16 Boris and Klein, Caring for America ; Nadasen, Domestic Workers Unite. 17 Nadasen, ibid, 152. Es importante señalar que el cambio laboral hecho por las mujeres afroa - mericanas las mantuvo dando servicio a otros. Como Nadasen señala: “las mujeres trabajadoras negras que dejaron el trabajo de casa frecuentemente terminaron en ocupaciones que se parecen a la labor social reproductiva, aunque en espacios diferentes (hospitales, escuelas, casas de retiro y restaurantes). Ellas cambiaron ‘más de’ en vez de ‘fuera de’ recreando una inequidad racial y de género en la fuerza laboral”, 152. 18 Burnham and Theodore, Home Economics, 41. La terrible situación socioeconómica que du - rante los últimos treinta años los inmigrantes vivieron en sus países de expulsión , ha sido la razón central que los empujó a dejar sus lugares de origen. El factor que atrae a los inmigrantes hacia Estados Unidos es la necesidad de mano de obra barata. Sin embargo, como Chang ex - plica en Disposable Domestics, para las trabajadoras del hogar migrantes han existido una serie de intervenciones económicas por parte de los países desarrollados en los países en desarrollo para facilitar la extracción de recursos, incluyendo personas. Entre estas acciones se encuentran programas de austeridad como la flexibilización de los estándares laborales, la privatización de empresas públicas —compañías eléctricas, proveedoras de agua, paraestatales— y cortando subsidios a las zonas rurales. Aunque es importante discutir estas políticas, no hablaré de ellas aquí. Para un entendimiento general de cómo afectan estas políticas a las trabajadoras del hogar inmigrantes, ver Chang, arriba mencionado. Para un mayor entendimiento de las políticas neoli - berales y sus efectos, ver Klein, The Shock Doctrine . Bank–Muñoz, Transnational Tortillas, especial - mente capítulos 2 y 3 que explican las políticas del libre mercado en M éxico y sus consecuencias socioeconómicas. carlos piñeyro nelson

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