Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social

203 para la mayoría de las trabajadoras y trabajadores del mundo. Al mismo tiempo, si el futuro del trabajo aparece también en lo que hemos visto, entonces se vuelve urgente una reflexión ulterior que complemente el concepto de trabajo decente para que pase de ser un ideal, a ser realizable y aplicable a los nuevos retos, a las nuevas condiciones y formas de trabajo. Esta reflexión ulterior debería iniciar con preguntas simples de formularse. Par - tiendo de nuestro trabajo es posible aterrizar la complejidad del tema y visibilizar los límites de asumir el trabajo asalariado como paradigma central. Por lo que son las oportunidades de trabajo que en los documentos de la OIT frecuentemente se refieren a la posibilidad de conseguir un sueldo digno (1): ¿Cómo formular esas mismas oportunidades de trabajo en contextos donde los ingresos económicos del trabajador no asumen la forma de un salario fijo y donde lamisma forma de trabajar impide imaginar una posible estructuración y formalización del trabajo dentro un esquema contractual salarial? El ejemplo más accesible es el de trabajadores autónomos. Pero, entre nuestros casos de estudio, más interesante son esos casos de economía social, donde el sueldo del trabajador no depende de una negociación directa con un empleador —que en los casos de una cooperativa evidentemente no existe—, sino más bien depende de condiciones de mercado fuera del control de los trabajadores mismos. Se piensa en las experiencias de APRAINORES en El Salvador, de Senzekan en Guerrero o de Tosepan en Puebla. Otro ejemplo es el de los comerciantes de losmercados en la Ciudad de México, los cuales son técnicamente dueños y microempresarios y, por ello, quedan invisibles a la perspectiva del trabajo decente. En el tema de extensión de la protección social (2), los problemas son evidentes en los casos de los trabajadores informales que se autogestionan —mercados de la Ciu - dad de México— o también en el caso de las trabajadoras indocumentadas en Estados Unidos, donde la informalidad depende de una condición jurídica específica. ¿Cómo imaginar que el trabajo sea el vínculo para las garantías de las prestaciones y el acceso a algunos servicios? ¿Es posible imaginar tal condición también en la informalidad considerando que en algunas situaciones la formalización no es posible o resulta con - traproducente para las condiciones de trabajo? Los últimos puntos son los derechos en el trabajo (3), especialmente por lo que se refiere a la libertad de asociación y la promoción del diálogo social (4), los casos que más representan un reto son aquellos del trabajo informal, otra vez los comerciantes de los mercados de Ciudad de México o los trabajadores autónomos. El problema es evidente en cuanto al esquema tripartita de la OIT que prevé un diálogo social entre sindicatos, empresas e instituciones públicas que, como hemos visto, se vuelve com - plejo allá donde los roles y el campo de acción no quedan claros. ¿Cómo imaginar un diálogo social diferente cuando empresarios y trabajadores son la misma perso - na? ¿Cómo hacerlo cuando el trabajo es individualizado y por contratos temporales? ¿Cómo identificar el terreno del conflicto y del diálogo social en un mundo donde la conclusiones

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