Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social
200 Estas diferentes manifestaciones de individualización del trabajo se traducen en una tendencia a la despolitización, en el sentido de que las relaciones de poder de los procesos económicos —y los actores que ocupan los polos dominantes en estas rela - ciones— tienden a desdibujarse o invisibilizarse, debido a que se vuelven cada vez más impersonales y difíciles de identificar en la existencia empírica experimentada por trabajadoras y trabajadores. Las organizaciones productivas de los campesinos, así como los comerciantes de los mercados públicos, parecen no enfrentarse a nada más que a los movimientos impersonales y presuntamente equilibradores del mer - cado. Su lucha para mejorar sus condiciones se presenta como una lucha contra las abstracciones del mercado, que en términos empíricos se traduce en una especie de lucha contra sí mismos, para aumentar su eficiencia y productividad con el objetivo de sobrevivir en el espacio impersonal del mercado. El caso de los repartidores de las plataformas digitales es, tal vez, el ejemplo más paradigmático de la tendencia a la des–personificación de las relaciones de mando y la despolitización, en cuanto los trabajadores experimentan un mando impersonal del trabajo, que se da a través de la infraestructura y los algoritmos digitales de las aplicaciones. En otras palabras, si por un lado se observa una mayor precarización del trabajo (como empeoramiento de las condiciones materiales y subjetivas de los trabajadores), por el otro, en los ca - sos de los trabajadores no subordinados e incluso en algunos de los subordinados, se vuelve cada vez más difícil identificar los mecanismos o los actores que reproducen una distribución desigual de la riqueza producida en la sociedad. Sólo con la crítica del análisis, o a través de las prácticas de lucha de los trabajadores, se puede inter - pelar esta tendencia de despolitización del trabajo, es decir, se pueden deconstruir las apariencias empíricas que invisibilizan las relaciones de dominación, con el fin de nombrarlas, identificarlas y, tal vez, indicar eventuales terrenos para reconstruir espacios de lucha, diálogo y transformación de los conflictos. En el estudio sobre la organización campesina en Guerrero, México, se retoma la noción marxista de cosificación para mover una crítica a la igualdad formal de la ley que reglamenta las condiciones de existencia de los emprendimientos campesinos en el mercado, invisibilizando las relaciones desventajosas de desigualdad sustancial que tales emprendimientos establecen indirectamente con los grandes actores econó - micos capitalistas. En el capítulo sobre los trabajadores de la administración pública en Roma, en cambio, se mueve una crítica desde el enfoque foucaultiano sobre el neo - liberalismo, sosteniendo que son las disposiciones de tipo político —las acciones le - gislativas y normativas de los gobiernos— las que generan las condiciones para volver al mercado como un espacio que se presenta autónomo —con dinámicas propias— y caracterizado por la libre competencia. Estas reflexiones nos muestran cómo la exis - tencia individualizada y despolitizada del trabajo no es algo natural que dependa de supuestas leyes universales del mercado, sino que es producto de intervenciones polí - ticas y legales funcionales que reproducen relaciones desiguales bajo la apariencia de conclusiones
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