Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social
199 social en estos sectores. Los primeros y todavía parciales elementos de diálogo social que se van constituyendo hay que entenderlos como el fruto de las luchas recientes, es decir, lo que Pirone define como “sedimentación” de acuerdos colectivos entre las partes obtenidos por la presión organizada de los trabajadores sobre los actores de gobierno o empresariales. Crítica a la individualización y despolitización del trabajo Algunos elementos comunes que se deducen de varias de las investigaciones es una tendencia a la individualización y despolitización del trabajo, lo que en términos empíricos se traduce en una mayor dificultad de los trabajadores de sentirse unidos, de organizarse y de identificar o personalizar los mecanismos de dominación a los cuales están subordinados, y contra de los cuales podrían dirigir sus iniciativas reivindicativas de manera eficaz. Estos procesos dejan al individuo víctima de violencia estructural limitando su capacidad de reaccionar y conseguir mejoras en sus condiciones laborales. Tales tendencias reflejan lo que en estos años han propuesto diferentes teorías sobre las transformaciones productivas en la era neoliberal. La individualización del trabajo es producida principalmente por las condicio - nes materiales de existencia y de producción que los trabajadores experimentan, y se refleja en la dimensión subjetiva de ellos a través de una percepción de aislamiento, de soledad y, en ciertos casos, de competencia entre colegas. En el caso de las trabaja - doras domésticas migrantes en Nueva York, la condición de empleo —como trabaja - doras aisladas en las casas de sus empleadores— y las condiciones sociales —con las barreras lingüísticas, de racismo o con el estatus de indocumentadas— debilitan la capacidad de organización. Entre los repartidores de Bolonia este problema depende principalmente de las condiciones de organización de la producción —la ciudad como lugar difuso de producción, la cooperación en la producción mediada y organizada por la infraestructura digital—, así como de las condiciones de empleo, que a menudo son formalmente bajo la modalidad de una relación de colaboración o prestación de servicio, aunque en términos empíricos reproducen los mecanismos de la relación de subordinación. Entre los trabajadores de la administración pública en Roma, el autor muestra cómo una intensificación de la cooperación entre trabajadores, al interior de la unidad productiva, se traduce en el aumento de la percepción de soledad y de com - portamientos competitivos entre colegas. Por lo que atañe a los casos de trabajadores no subordinados, las tendencias de individualización del trabajo se observan en las condiciones normativas y del trabajo que producen, a quienes laboran o a sus em - prendimientos colectivos, como actores económicos individuales que compiten en el mercado, obligados a subordinarse a las lógicas de eficiencia y competitividad como únicas herramientas para sobrevivir. conclusiones
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