Multiplicación del trabajo y nuevos retos para la justicia social
137 La localización histórica de los mercados en la ciudad los ha situado como refe - rentes céntricos de barrios y colonias; asimismo, se han convertido en un espacio de afluencia económica, por lo que a su alrededor proliferan diversas actividades econó - micas de pequeña escala e informal. Además de su importancia económica y cultural, los mercados públicos de la Ciudad de México suministran 46% de alimentos básicos que diariamente consumen los capitalinos. 4 Sin embargo, en la función de distribución y abastecimiento de productos básicos en la ciudad, participan otros tipos de comercio como la central de abastos, los tianguis, los mercados sobre ruedas, las tiendas de aba - rrotes, las recauderías y las cadenas de supermercados. Con estos últimos el pequeño comercio en la ciudad experimenta una significativa competencia en condiciones de desigualdad de inversión, mercadotecnia y ventas que los lleva a plantearse nuevas estrategias para responder a la dinámica del mercado. No obstante, es necesario recal - car que no es una condición generalizada en los 329 mercados de la ciudad, sino que “la disputa por los mercados de abasto son desiguales en función de las (des)ventajas de su ubicación territorial y de los específicos actores sociales, económicos y políticos, que defienden distintas visiones sobre el futuro de los mercados”. 5 La construcción de mercados públicos en la ciudad inició a finales del siglo XIX, pero fue en el periodo que comprende de 1952 hasta 1988 en el que se construyó el mayor número de mercados, en total 296. En los años subsecuentes, a raíz de una se - rie de transformaciones en la economía mundial y nacional, se evidencia una menor inversión por parte del Estado para proveer la infraestructura de nuevos mercados de abasto para una ciudad en constante crecimiento y densificación, en cambio, esta fun - ción se está delegando cada vez más a la inversión de capitales privados a través de los supermercados de autoservicio y tiendas de conveniencia, como Oxxo. Smith señala que “en el curso de reestructuración de la producción iniciada en los años setenta, y en una situación de franco retroceso de los conflictos raciales y de clases, los gobiernos municipales han tenido un incentivo adicional para abandonar al sector de la pobla - ción desechado tanto por la reestructuración de la economía como por la destrucción de los servicios sociales”. 6 Esto ha derivado en una mayor competencia entre grandes empresas capitalistas (principalmente extranjeras) y pequeños comerciantes, ya sean los de los mercados públicos o de las tiendas de barrio, con significativas desigualda - des que limitan a los últimos en las oportunidades de desarrollo y crecimiento. Estas disparidades están relacionadas con la capacidad de oferta, con los diferentes tipos de pago que aceptan (efectivo o tarjeta) y con la ubicación y acceso de las colonias de la ciudad. Es necesario señalar que estas desigualdades no sólo se deben al capital disponible para la inversión, sino también a la ambigüedad de la existencia de comer - 4 Secretaría de Desarrollo Económico, 2015. 5 Delgadillo, V., “La disputa por los mercados de La Merced”, 57–69. 6 Smith, N., “El redimensionamiento de las ciudades: la globalización y el urbanismo neolibe - ral”, 59–78. mercados públicos en la ciudad de méxico: organización, diálogo social
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